La alegría, creatividad y el respeto, propios de la cultura del juego limpio, predominaron en el Carnavalito de este 2 de enero, siendo los niños y niñas partícipes del desfile, así como los que acudieron en calidad de espectadores, ejemplo para propios y visitantes, en la protección del Carnaval de Negros y Blancos 2018, como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, sin el uso de espuma ni talco industrial. “La espuma no es tradicional, siempre ha sido la serpentina y el confeti lo que más se acuerdan mis papás”, anotó Silvia Alejandra Pupiales, danzante del carnavalito.
Por primera vez después de muchos años, las nuevas generaciones del sector rural y urbano de Pasto, fueron protagonistas del carnavalito en un ambiente de mayor tranquilidad, respeto y admiración a su talento y sector poblacional. De allí, el reconocimiento del Alcalde de Pasto Pedro Vicente Obando Ordóñez, a los niños y niñas del municipio. “Que belleza, que ejemplo, y lo vamos a seguir, cero espuma, pudiendo ver el carnaval con tanto gusto”.
Los niños y niñas que recorrieron la senda del carnaval desde el parque Atahualpa, hasta el parque infantil de la ciudad, fueron exaltados por miles de personas que lograron ver el desfile con tranquilidad, admirando su talento artístico; así como sus gestos de compromiso con la protección del ambiente y la cultura.
Carrozas infantiles elaboradas por ellos mismos, alegorías ambulantes, danzas, música, coreografías y representaciones propias de la identidad cultural pastusa, fueron la muestra viva del respeto hacia las tradiciones, usos y costumbres, la vida, la diversidad, la convivencia pacífica, la familia y la naturaleza. “Me siento feliz de estar aquí en el carnavalito, porque nosotros los niños necesitamos un espacio para mostrarnos, liberarnos, poder mostrar nuestra creatividad”, manifestó Steven Quintás, espectador del carnavalito.