Este 28 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha Contra la Lepra, fecha que se convierte en la oportunidad para concientizar e informar a las autoridades de salud, trabajadores de la salud y población en general, que la lepra aún existe, y es curable. Esta actividad se promueve hace 60 años y está dedicada fundamentalmente a las personas afectadas por esta enfermedad.
La lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada por el Mycobacterium leprae, un bacteria también conocida como bacilo de Hansen. Esta enfermedad afecta principalmente la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas y los ojos, es una enfermedad curable y su tratamiento es gratuito.
En la enfermedad de Hansen el modo de transmisión es esencialmente por inhalación de secreciones del tracto respiratorio superior (nariz y boca), derivada de la convivencia prolongada de una persona susceptible con un enfermo no tratado.
El periodo de incubación de la lepra es muy lento, de modo que los afectados pueden permanecer asintomáticos durante años (de cuatro a diez años, incluso). Esto hace más difícil el diagnóstico precoz de la enfermedad, que es vital para disminuir el riesgo de deformidades y la discapacidad de los pacientes, y evitar así la discriminación social que sufren estas personas.
Las manifestaciones clínicas dependen del tipo de lepra y la respuesta inmunológica del paciente, lo que condicionará también el pronóstico, las posibilidades de que se presenten complicaciones, y el tratamiento necesario.
Los síntomas característicos de la lepra son las lesiones cutáneas y produce daño neurológico en brazos y piernas, ocasionando la pérdida de la sensibilidad en la piel y debilidad muscular. Al perder la capacidad de percibir sensaciones como el dolor, el frío o el calor, los enfermos pueden herirse o quemarse sin darse cuenta.
Con el avance de la enfermedad, los miembros se deforman, las mucosas de boca y nariz se destruyen, se pierde el vello corporal y los dientes, y los rasgos faciales se transforman a causa de las úlceras en la piel y de la hinchazón de la nariz y la boca. El desagradable aspecto físico que confiere la enfermedad cuando no es tratada adecuadamente, ha influido en la estigmatización y el rechazo social de las personas afectadas.
La Organización Mundial de la Salud ha elaborado la Estrategia Mundial contra la Lepra 2016-2020, que está estructurada en los siguientes pilares:
1. Reforzar la implicación de los gobiernos, la coordinación y las alianzas
2. Detener la lepra y sus complicaciones
3. Acabar con la discriminación y fomentar la inclusión
METAS PARA ALCANZAR EN LEPRA A 2020 DEFINIDAS POR LA OMS:
Las metas de la nueva estrategia mundial que habría que alcanzar en 2020 son las siguientes:
1. Ausencia de discapacidades entre los nuevos pacientes pediátricos.
2. Tasa de discapacidades de grado 2 inferiores a 1 por 1 millón.
3. Legislación que no permita discriminaciones por el hecho de padecer lepra.
Fuente: Organización Mundial de la Salud. www.who.int